Mucho que decir todavía

Hace ya una semana, Madrid acogía el Día de la Innovación con motivo de la presentación oficial del Informe Cotec 2016, que gracias a la labor de la Fundación Cotec para la Innovación, plasma el estado actual del I+D+i en España. El acto, que contó con la presencia de altos cargos políticos y estatales, buscaba poner, todavía más de manifiesto la voluntad de concienciación, consenso y planificación sobre la materia que todavía hace falta en nuestro país. Los datos no son los esperados, pero como ya dijo Cristina Garmendia:




"Podemos recuperar el tiempo perdido, porque nunca hubo
un consenso tan amplio sobre la importancia de la I+D".



Ese tiempo perdido


A España siempre se le ha achacado cierto atraso con la tecnología, ¿no? Pues resulta que a comienzos de este siglo parecía que iba cambiar las tornas. Lanzada a la inversión en I+D, tanto es así, que en 2003 llegó a registrar una mayor inversión que Alemania, Italia, Francia o Reino Unido, pero este ritmo, al igual que prácticamente todos, comenzó a bajar drásticamente conforme llegó la recesión económica mundial en 2008, y de la que todavía España debe recuperarse.


Y es que si hay algún indicativo claro, genérico, adecuado, concreto, o como se prefiera valorar, para medir la competitividad, y por ende, la voluntad de mejorar, de aportar valor, de ganar, sin duda es el conjunto de datos sobre su inversión en investigación y desarrollo tecnológico. Así de claro. Esto es porque va a ser ese conjunto de esfuerzos los que luego van a explicar que ciertas empresas sean reconocidas –es decir, que se corresponde lo que dicen, con lo que hacen- mundialmente por la calidad de sus productos, por sus constantes avances, por su aporte a la sociedad…


Para todo esto, hay que investigar, hay que proponer, hay que obtener conclusiones incluso de proyectos fallidos y volverlo a intentar. Esto es así: innovar es competir, y nuestro país llegó a ganar.


El estado actual


Hablando en cifras, en España se contempla un gasto en I+D ejecutado en España en 2014 fue de 12.821 millones de euros, lo que supone una caída del 1,5% respecto a 2013. Se mantiene así la tendencia que se inició en 2009, aunque con una reducción en el ritmo de descenso, que en 2013 fue del 2,8% y en 2012 del 5,6%. En términos de esfuerzo –gasto en I+D en % del PIB- la brecha con respecto a Europa siguió aumentando en 2014, alcanzando los 0,72 y los 1,15 puntos porcentuales respectivamente, la mayor desde el año 2002. Este esfuerzo, que recae tanto en el ámbito privado, como en el público, prácticamente no experimenta variación respecto a 2013.


De Pirineos, Duero, Atlántico y Mediterráneo para adentro, destaca el aumento de la inversión por parte de La Rioja, con un 16,4% o de Murcia y Galicia, con 4% y 1,8% respectivamente, no obstante, en lo que a esfuerzo se refiere, el País Vasco sigue liderando con un 2,03%, seguida Navarra, Comunidad de Madrid y Cataluña, todas ellas con más del 1,26% de media nacional. Por lo que respecta a la fuente de financiación, existe un predominio del 47% del sector privado respecto al 45% público.


Nuestras pymes son different


La principal conclusión de la que podemos sacar pecho es de nuestras pymes. Esas empresas de menos de 250 empleados que en su día a día tienen que competir hasta constantemente, hasta por innovar. Si ya decíamos en nuestro anterior post que existen diferentes formas de reducir la brecha, ahora vamos más allá: si ya hay quien lo está haciendo, ¿por qué no seguir su ejemplo?


Las pymes españolas se posicionan notabldemente en el I+D+i europeo con una inversión del 46,6% (en el 2008 era del 54,4%), porcentaje muy disruptivo en nuestro entorno, donde las empresas de mayor tamaño son las responsables de la mayor parte del gasto, como es el caso de Francia e Italia con un 77%, o Alemania, donde las grandes empresas ejecutan el 89% del gasto en I+D empresarial.


Podríamos ponernos ahora a comentar más sobre cómo poder mejorar las condiciones en materia de financiación, sobre las posibilidades de cooperación entre pymes o parecidos, pero la principal conclusión que nos deja esto es que hay precedentes palpables de que la innovación funciona. Que la cifra siga manteniéndose tan alta, aún con toda la que está cayendo es el principal indicativo. Si estamos de acuerdo en que las pymes tienen que calcular mejor sus inversiones, ¿no estaríamos también en sintonía al entender la continuidad como indicativo de buenos resultados?


¿Podemos ayudar?


Nuestro propósito es precisamente acercar la innovación a pymes. Esto empieza por el sentido más estricto de ‘acercar’: posibilitar su alcance, lo que supone darle la naturalidad y la normalidad que debe tener. Hablando en idioma pyme: Innovar no es sólo cosa de la NASA, ni de grandes laboratorios de películas de ficción.


Innovar es todo proceso de planificación puro y duro: investigar, evalúar, determinar… Cada caso tendrá sus definiciones, pero al final, sí, se reduce a investigar si esa mejora significativa de los productos o procesos, es decir, esa innovación, es viable. Si ofrece evidencias de que sí lo es, entonces se procede a llevarla a cabo con todo el personal, materiales y colaboraciones necesarios. El día a día de muchas empresas.


Para potenciar esto, a nivel público, al margen de las ayudas regionales y nacionales, España ofrece potentes incentivos fiscales para poder deducir directamente en la cuota íntegra del Impuesto de Sociedades los gastos derivados de estos procesos.


Ponemos a disposición de nuestros clientes nuestra experiencia y conocimiento de este ámbito para ayudar a competir para ganar, para ayudar a conseguir mejores resultados económicos a través de estos mecanismos, y que persista así la apuesta por la innovación ya no sólo a las pymes, sino a cualquier empresa, porque como decíamos al principio, nos beneficiamos todos.


Si a ti también te apetece competir para ganar, estaremos encantados de acercarte cualquier información sobre las ayudas públicas o sobre los incentivos fiscales.