Colaboración con el Grupo de Innovación Sostenible para el Sector Agroalimentario

En Evalue Innovación tenemos un propósito: acercar la innovación a pymes y grandes empresas. Lo hemos dicho anteriormente, por eso es importante que tratemos de hacerlo real, de reflejarlo con hechos. La primera forma es a través de nuestro día a día, en el que tratamos de ser claros, concisos y directos con nuestros clientes, superando las distancias y burocracia innecesarias. Nos caracterizamos por ser una pyme que trabaja para empresas de distintos tamaños y sectores, por lo que nos adaptamos a cada caso con experiencias útiles.


La segunda forma que encontramos para conseguir que la innovación forme parte del ADN del tejido empresarial español, es a través de compartir, comunicar y promocionar los diferentes incentivos fiscales y de financiación pública que toda empresa tiene a su disposición para impulsar, tanto de forma directa, como indirecta, la I+D+i empresarial.


Resulta que el Grupo de Innovación Sostenible para la el Sector Agroalimentario comparte estos objetivos de forma específica para el sector agroalimentario, por lo que realiza periódicamente comunicados y análisis, además de colaborar en estudios, con el objetivo de que la innovación llegue a la mayor cantidad de empresas cárnicas, ganaderas, vinícolas o frutícolas, entre otros muchos subsectores. Fruto de esta voluntad compartida surgió una colaboración entre Evalue Innovación y el GIS, que a continuación compartimos.


De la teoría a la práctica innovadora 


Hace un par de semanas recibíamos conclusiones de peso en lo que respecta a innovación y agroindustria. Un titular resumía una realidad con la que conviven muchas pymes y grandes empresas no sólo de éste, sino de muchos sectores españoles en los que la innovación todavía no forma parte de su ADN: “La innovación apenas supone el 1% de la cuota de negocio de la industria agroalimentaria en España”.


Datos y análisis que el Grupo de Innovación Sostenible para el Sector Agroalimentario y la Asociación de Periodistas Agroalimentarios de España recogían en la sede de la Asociación de Prensa de Madrid, pero que no es la primera ocasión que aparecen ante nosotros. Lo cierto es que este parecer también lo han recogido diferentes organismos a nivel nacional, destacando sobre todos ellos la Fundación Cotec con su el último Informe 2016, en el que se detallaba la inversión en I+D+i empresarial en España.


No podemos rebatir que el grueso de datos y observaciones al respecto, por el momento, no ofrecen motivos para celebrar, ahora bien, hay datos que invitan al optimismo y que esperamos que marquen pauta. En Evalue Innovación, al margen del estado general de la inversión empresarial en I+D+i, nos quedamos con un dato de COTEC: en España, la carga de actividades innovadoras recae en las pymes, que con un 89%, “desbancan” –está claro que hay muchos matices al respecto– en esfuerzo innovador a las de países como Alemania o Italia, en los que el esfuerzo recae en las grandes empresas.


¿Por qué destacamos este dato? Porque si precisamente son las pymes las que más esfuerzos hacen por ganar competitividad empresarial, hay que centrar esfuerzos en acercarles todas las herramientas para continuar apostando por la innovación, ya que en muchas ocasiones, las asocian erróneamente con exclusividad para grandes empresas.


En este punto, es necesario apuntar qué se entiende por Innovación. Podemos definirla, grosso modo, como la mejora significativa de productos o procesos. En función del grado de profundidad de esta novedad, estaremos hablando de Investigación y Desarrollo o de Innovación Tecnológica. Partiendo de esta base, muchas personas responsables de empresas agroalimentarias ya podrán verse identificadas. Al final, tal y como apunta la propia Cotec “la I+D+i es generar cambio a través del conocimiento”, es decir, que no sólo es cosa de la NASA o grandes empresas internacionales. Se trata de todas aquellas acciones que han comportado avances significativos para la empresa.


De la teoría a la práctica


La mejor forma de ejemplificar las posibilidades de financiación de estas actividades de progreso empresarial es a través de un caso práctico: una empresa de la industria alimentaria, por ejemplo.


Resulta que hace tres años, la empresa buscaba nuevas oportunidades de negocio, y encontró que el mercado estaba demandando nuevos productos que fueran más saludables, sin ciertos componentes aditivos, o que directamente, en su nueva categoría, fueran los primeros 0% materia grasa. Para acometer este proyecto, la empresa contrató a investigadores y realizó ensayos con una universidad politécnica para determinar que se había conseguido el objetivo. Por supuesto, también compró una cantidad más que decente de material instrumental para ese testado de producto. Lo intentaron varias veces, hasta que al final dieron con la tecla. El producto fue un éxito.


Primera parada: deducciones fiscales por I+D+I


¿A qué puede optar por esta acción acometida? La empresa puede obtener una deducción en la cuota a pagar en el impuesto de sociedades de hasta un 60% a través de una deducción fiscal por I+D o IT. Se trata de un mecanismo de financiación indirecta que cuenta con total reconocimiento por parte del Gobierno de España. Ahora bien, ¿en qué consiste?


En primer lugar, es necesaria una documentación detallada de ese proyecto, que justifique tanto si es I+D o IT. En esa documentación entrarían los gastos de personal adscritos al proyecto, la cuantía total de materiales fungibles empleados durante el proceso o los activos implicados en exclusiva al proyecto. Además, también sería necesario todo el respaldo técnico que justifica esa fuerte inversión de recursos.


En segundo lugar, recomendamos continuar con la certificación de ese proyecto en cualquiera que sea su posible calificación, buscando así una seguridad jurídica total. Bien a través de una certificadora acreditada por ENAC, bien llegando a la emisión del Informe Motivado Vinculante (Hacienda), la empresa puede aplicarse la deducción generada con totales garantías.


Las partidas de deducción son las siguientes:




  • Tipo General para los gastos del ejercicio: 25%.

  • Exceso de media del gasto de los últimos dos años: 42%.

  • Adicional - personal investigador por I+D: 17%.

  • Adicional - inmovilizado en exclusiva a I+D: 8%.

  • Innovación Tecnológica: 12%.


Segunda parada: Ayudas y subvenciones, recursos para el futuro

Incidiendo con el ejemplo, hablando del futuro, la empresa, observando sus grandes resultados, idea un nuevo proyecto. Pongamos que necesita adquirir maquinaria importante para agilizar ciertos procesos, piensa realizar una serie de proyectos de I+D+i paralelos, ya que este anterior le han reportado beneficios económicos, reputacionales y hasta tributarios.


A nivel nacional existen diferentes soluciones de financiación pública para la compra de esa maquinaria pesada, como ‘Reindustrialización’, convocada anualmente por parte del Ministerio de Turismo y Energía. Además, para esos proyectos paralelos, buscaríamos soluciones a nivel regional. Si la empresa es valenciana, acudiríamos a la Generalitat y al IVACE. Si es andaluza, a la agencia INNDEA y la Junta de Andalucía, es decir, combinaríamos todas las ayudas y subvenciones a las que tiene derecho, ya que son compatibles con las deducciones fiscales por I+D+i que anteriormente describíamos.


Innovación y resultados: las soluciones existen y hay que aprovecharlas


A la pregunta de por qué es importante, oportuno y recomendable innovar podemos responder a través de múltiples autores, referencias y hasta casos de éxito, no obstante, lo haremos a través de una pregunta: ¿hay otra forma de progresar actualmente?


La I+D+i es una palanca de futuro para organizaciones de todos los sectores, y más en el sector agroalimentario, marcado siempre por los márgenes a los que tiene que hacer frente por parte de todos los agentes con los que convive.


En Evalue, nuestro propósito es acercar la innovación a pymes y grandes empresas, a través de la gestión de los diferentes incentivos fiscales de los que disponen. Las deducciones fiscales por I+D+i, las ayudas públicas o subvenciones y el Patent Box son mecanismos con total reconocimiento por parte del Estado, por el que las empresas pueden obtener réditos para continuar innovando. Se trata de cumplir con las obligaciones, pero también de aprovechar los recursos disponibles a los que se tiene derecho optar.


Artículo publicado en Feeding The World